sábado, 21 de mayo de 2011

Spanish Revolution

Llevo casi cuatro meses sin escribir nada y desde luego que esta es la confirmación más evidente de que actualmente, cada día se suceden tantas noticias que ni tan siquiera a diario estás actualizado, ya no digamos en cuatro meses.

Pero es que desde mi último post donde rezaba “Me gusta el fútbol” han cambiado muchas cosas. Ya no me gusta el fútbol. Miento, el fútbol sí, pero no lo que se nos ofrece. No me gustan tantos minutos de televisión y tantas líneas de periódicos y tanto espacio en las web dedicado no a este deporte, sino a lo que lo rodea: cuatro Barça-Madrid han hecho estragos en mí. Tanto Mourinho y tanto Guardiola más todavía.

Pero sobre todo, lo que yo decía en ese post de hace cuatro meses (el siglo pasado informativamente hablando) es que lo que más rabia me daba es que nadie se juntase para protestar sobre nada ni para pedir nada, que en España sólo se reunían grandes cantidades de gente por y para el fútbol.

Me retracto, señores, mis más sinceras disculpas. Llevo una semana escuchándoos, viéndoos, cogiéndoos el teléfono, y prácticamente oyendo vuestras consignas pacíficas desde mi casa. Mis disculpas por no haber confiado y sobre todo, mi enhorabuena.

He visto vuestros toldos, vuestras caras, he escuchado vuestras voces y me he emocionado. Pero de verdad, como cuando los actores se despiden del público en el teatro, como cuando bajan sus cabezas y la gente se pone en pie, y sigue aplaudiendo, y no paran, y los actores suben y bajan cogidos de la mano una y otra vez y se miran, y miran a su público, y también se emocionan: seguro que en ese momento recuerdan todo lo vivido hasta llegar hasta ahí. En el teatro siempre, siempre, rompo a llorar en este momento. Da igual que la obra haya sido una comedia. Y con vosotros, me ha ocurrido exactamente lo mismo.

Os he escuchado decir paz, os he visto miraros unos a otros, os he visto dormir ahí, vi vuestras pancartas en cartón, vuestra organización perfecta, vuestros gritos silenciosos, vuestros aplausos…y me he emocionado. Y yo, que presumo desde hace años de voto clarísimo, de militante convencida…a mí, me habéis hecho dudar.

Porque os he visto y sois tan jóvenes como yo pero tan mayores como mi abuela. Y ya no es que sepa que tenéis razón en la mayoría de vuestros manifiestos, es que estoy completamente de acuerdo con vuestro modo de llevarlo todo a cabo, con vuestra manera de hacer, y sobre todo, nunca, jamás, creí que algo así podía pasar en este país, que es el vuestro, y también el mío. Y que haya ocurrido me ha vuelto hacer creer que un mundo mejor es posible, que no está todo perdido en esta gran obra de teatro que es la vida, que existen actores que se cogen las manos, que se miran entre ellos que miran a su público, que al fin y al cabo, es igual que ellos y que se emocionan, y que hay quien aplaude y que hay incluso quien se pone en pie, y que hay una tonta en alguna fila de en medio escondida detrás de sus gafas llorando.

Pensaba que los humanos estábamos deshumanizados, que en esta España mía, esta España nuestra, cada uno iba a lo suyo, y que para todos se había vuelto más “mía” que “nuestra”. ¿Qué hay de la sociedad, de estamos todos juntos, de luchemos unidos, de esto nos perteneces a todos, de salvemos lo que necesitamos, porque lo necesitamos juntos? Eso pensaba continuamente y mira, me habéis callado con un simple cruce de piernas delante del reloj que da las campanadas.

Democracia real ya. No lo podíais haber descrito mejor.

GRACIAS.

3 comentarios:

  1. Fantástico post, Adriana. Yo tampoco creí que esto podía llegar a suceder. También me producía mucha rabia que los españoles no reaccionásemos ante tanta injusticia social cotidiana. Y esto que ha sucedido ha sido maravilloso. Ha sido nuestro mayo del 68 particular, nuestra primavera de Praga, (afortunadamente más pacífica). Estoy orgulloso de esta lección a políticos, banqueros, grandes empresarios y sobretodo a nosotros mismos, y espero que no termine hasta haber conseguido sus objetivos.

    Un abrazo.

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  2. SPANISH REVOLUTION: No es la España del botellon, son jovenes que saben que España la han revolucionado los politicos y ahora ellos dicen que aqui estamos nosotros , que no somos tontos.que nosotros repartimos y que ellos tienen que repartir, que si a mi me congelan el sueldo ellos se lo tienen que bajar, que analizen la palabra democracia, que no es un embudo, lo ancho para ellos y lo estrcho para nosotros.

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  3. Excelente Adriana, me uno a tu admiración por el despertar de una generación que decían perdida, y que por sorpresa todos estos políticos se han encontrado de frente, dando ejemplo y reclamando la exigencia de gobernar sus vidas, su futuro, su destino con la dignidad que todo ser humano se merece.
    P.D. Tirón de orejas, no tardes tanto en volver a escribir.
    Un amigo.- POKÉMON

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