Posiblemente sea uno de los mejores consejos que me
hayan dado. Reconozco que no lo cumplo siempre, y reconozco también que cuando
no lo hago, me siento mal. Me acuerdo de ella. La recuerdo.
La conocí por casualidad. Como casi todas las cosas
importantes que ocurren en la vida. Llegó como una amiga y se quedó. Se quedó
al menos dentro de mis pensamientos, a pesar de las pocas veces que
coincidimos. Bastaron tres viajes: Madrid (la parada de todos su viajes de
cuento), Santander (donde descubrí un lugar que podría ser el plató de
una película romántica: La Maruca), Lugo (donde fue una de las invitadas
estrella de “la boda”).
Paseé a su lado, la escuché, y sobre todo, me reí con
ella. Me reí porque sus palabras tenían gracia, y me sonreí porque sus palabras
tenían experiencia, y ganas de compartir. Porque desde el primer momento en que
nos conocimos y nos dimos dos besos, me hizo sentir que formábamos parte de la
misma vida.
Y es verdad. Todos formamos parte de la misma vida,
aunque tratemos de ser cada uno tan auténtico.
Hace poco me enteré de que ese consejo, el que yo creía
que era mi consejo y que me encargué
de propagar haciéndome la interesante, soltando aquello de “tengo una amiga que
me dijo una vez…” resulta que aquel consejo no era exclusivo.
No era solo mío. No era solo para mí y no significaba
que Carmen hubiera visto delante de ella a una pareja con mucho carácter. Era su consejo. El consejo que repartía a
todas aquellas parejas que la rodeaban y que ella sentía parte de su vida.
En contra de sentirme una más, me sentí muy especial.
Carmen me había sentido suya. Así que las dos habíamos sentido lo mismo.
Reconozco que pensé que ella lo tenía muy fácil: no me
imagino que alguien pueda dormir enfadado al lado de Emilio.
Y es ahora, cuando el refrán cobra más sentido que nunca-
uno no sabe lo que tiene hasta que lo
pierde- cuando me doy cuenta de que debimos hacerle más caso, cuando pienso
que nunca me voy a volver a dormir enfadada, cuando creo que es el mejor de los
homenajes.
Hola a todos los que leais este articulo.
ResponderEliminarYo tambien conoci a Carmen y para mi han sido ellos 2, una gran pareja y unos buenos amigos y buenos consejeros en nuestras muchas charlas en la playa. .. Fue una casualidad pero desde hace 12 años hemos mantenido la amistad. Porque son muy amigos de sus amigos..
Y este consejo es una premisa que siempre he llevado a cabo. Nunca sabes si al cerrar la puerta o apagar la luz de la mesilla será el ultimo momento de ver a alguien con el que has discutido y quizas ya no podamos retroceder en el tiempo. Aclara las cosas antes de cerrar los ojos.
Otra de las premisas y pilares en mi vida ha sido no mentir....y no lo hago ni lo haré. Seguro que Carmen, me daria la razon en esto.
Un beso muy fuerte donde esté.